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Una vez establecido el vínculo iniciamos una caminata junto al caballo hasta sentir que el momento ha llegado y le pedimos permiso para montarlo. En esta conexión se crea un lenguaje que nos ayuda a reconocer si nuestro nuevo amigo esta dispuesto a emprender el viaje con nosotros.
Una vez que tenemos el permiso iniciamos el viaje a través de colosales bosques y rincones de profunda belleza. Hacemos paradas de conexión y profundización con el bosque, el caballo y nosotros mismos.
Para cada participante la experiencia es única. La naturaleza dentro y fuera de nosotros nos regala una guia clara y precisa para nuestras vidas. El caballo en particular es un maestro silencioso que nos enseña lo esencial!
